La alopecia androgénica


La causa principal del clareamiento progresivo del cuero cabelludo

¿Qué es la alopecia androgénica?

La alopecia androgénica es la causa principal del clareamiento progresivo del cuero cabelludo. A lo largo de la vida, esta afecta casi al 80 % de la población masculina y al 50 % de la femenina. La difusión de la alopecia androgénica es tan grande que justifica la denominación de “calvicie común” y, dentro de unos límites, se puede considerar una condición totalmente fisiológica.
A pesar de no ser una verdadera enfermedad, se vive la alopecia androgénica como si fuera un profundo malestar, con consecuencias negativas a nivel psicológico y social.

Causas de la alopecia androgénica

La mayor frecuencia de la alopecia androgénica en el hombre respecto a la mujer, se debe a su doble origen, subrayada por los términos “andro” y “genética”. De hecho, por una parte es necesaria la presencia de hormonas androgénas, típicas de los hombres, mientras por otra parte, hace falta una predisposición genética de los folículos pilosos a sufrir los estímulos involutivos de dichas hormonas.

No es casualidad que, ya en el siglo IV a.C, Aristóteles notó que ni los eunucos (hombres castrados), ni los niños, padecían calvicie, e imaginó una correlación entre la secreción de hormonas masculinas y la pérdida de pelo.

Estas hipótesis fueron confirmadas por Hamilton en 1940. Por este motivo, la calvicie ha sido y sigue siendo relacionada por error a una mayor virilidad y potencia sexual.

Sin embargo, en la alopecia androgénica, los niveles de testosterona (la hormona sexual masculina por excelencia) no son obligatoriamente elevados; muchas veces se registra una disminución del nivel total y un aumento de la fracción libre. Aún más relevantes son los valores de uno de sus poderosos derivados androgénos, la dihidrotestosterona; esta hormona también se forma a nivel de los folículos pilosos, a partir de la precursora testosterona, gracias a la intervención de una enzima conocida como 5-alfa-reductasas de tipo 2.

En los hombres, la alopecia androgénica suele aparecer entre los 20 y los 30 años, pero incluso puede manifestarse antes, sobre todo si hay familiaridad. En España, casi el 50 % de los  hombres adultos padecen esta enfermedad. En las mujeres, la prevalencia de la alopecia androgénica aumenta con el paso del tiempo y, en particular, después de la menopausia.

¿Qué ocurre en la alopecia androgénica?


Miniaturización

Los folículos pilosos de algunas partes de la cabeza (frente, sienes, áreas de la parte superior) se hacen poco a poco más pequeños y producen cabellos cada vez más finos y claros, con una fase de crecimiento más breve.


Fenómeno de los folículos vacíos

Algunos folículos interrumpen el ciclo de crecimiento y se quedan vacíos, sin pelos.

Algunos folículos interrumpen el ciclo de crecimiento y se quedan vacíos, sin pelos. En la alopecia androgénica aparece, de tal manera, un clareamiento progresivo de los cabellos en la parte anterior y superior, asociado a un aumento de la caída de pelo en estas áreas.

Consecuencias

Como consecuencias de la dihidrotestosterona, el pelo se hace siempre más corto y fino, hasta que no logra cubrir apropiadamente el cuero cabelludo; esto porque la fase Anágena (de crecimiento) se reduce de manera progresiva en favor de la de involución (Catágena) y de descanso (Telógena). Además, los folículos adquieren ciclos de crecimiento cada vez más sincronizados, como los del pelaje de un animal: es por eso que también aumentan las posibilidades de Efluvio Telogénico (caída de pelo muy elevada a nivel numérico y cualitativamente homogénea). En una fase avanzada, la alopecia androgénica determina la así llamada calvicie en la coronilla, sin perjudicar la nuca y las sienes (áreas hormonas-independientes). Es exactamente de estas áreas que se van a sacar los cabellos necesarios para el “famoso” trasplante capilar.

Señales y síntomas

Las manifestaciones clínicas de la alopecia androgénica son diferentes en los dos géneros. En el hombre, la enfermedad determina un clareamiento progresivo de la zona frontal y de las sienes (el peinado con entradas) y de la parte superior, mientras que en la mujer la “caída del cabello” no afecta las sienes sino la parte superior y la región de la frente, justo detrás de la línea del cabello.

Hemos marcado el término “caída del cabello” con las comillas ya que la alopecia androgénica no determina una verdadera caída, sino más bien una miniaturización progresiva del pelo, hasta que sea invisible a simple vista. Si examinamos con una lupa el cuero cabelludo de una persona afecta de alopecia androgénica en fase avanzada, podemos ver que las zonas en apariencia grabras (es decir, las zonas peladas) en realidad están cubiertas por un vello fino. Muchas veces, la alopecia androgénica se acompaña de seborrea y de descamación furfurácea; sin embargo, estas condiciones no siempre están relacionadas.

Manifestaciones clínicas

El aspecto clínico de la alopecia androgénica es característico, porque se aprecia una rarefacción gradual del pelo en determinadas zonas de la cabeza: es típico el retroceso de la zona frontal y de las sienes (pelo con entradas), el clareamiento de los cabellos en la parte superior (en la zona conocida como coronilla), y en la zona anterior, hasta alcanzar una alopecia total de la parte superior de la cabeza. En todo caso, se mantiene el pelo en la región parietal y occipital.

Alopecia androgénica masculina: el pelo con entradas es una de las primeras señales que se aprecian.

Alopecia androgénica masculina: la disminución del pelo en la parte superior causa la “alopecia de la coronilla”.

Alopecia androgénica masculina: a veces afecta la zona anterior de la cabeza y el clareamiento de los cabellos deja ver la cutis.

En las zonas afectadas por la alopecia androgénica, los folículos pilosos pasan por una trasformación progresiva que los hace siempre más pequeños y superficiales (miniaturización). Los folículos miniaturizados producen cabellos más pequeños, finos y menos pigmentados y tienen una fase Anágena (de crecimiento) mucho más breve de lo habitual (de algunos meses en lugar de años).

El acortamiento de la fase Anágena es la razón por la que en el cuero cabelludo afectado por alopecia androgénica hay un número mayor de folículos en fase Telógena, con el consiguiente aumento de la caída de los cabellos de estas áreas, y los pelos que se caen son cada vez inferiores en longitud, fenómeno muchas veces apreciado por el propio paciente. Los folículos afectados por la alopecia androgénica también presentan una mayor duración de la fase de descanso y, entonces, entran en la fase Anágena con retraso respecto a los folículos normales. Esto hace que el folículo se quede vacío por un período de tiempo (fase de latencia, fase Kenogen), porque el pelo en la fase Telógena ya ha sido eliminado y todavía no se ha producido el nuevo en la fase Anágena. El clareamiento de los cabellos en las zonas afectadas por la alopecia androgénica se debe, entonces, a dos fenómenos: miniaturización folícular y a la real disminución del número total de cabellos.Ambos eventos patólogicos se pueden parar y pueden retroceder si se empieza el tratamiento médico en una fase temprana.
Desde las primeras señales de alopecia androgénica, donde el clareamiento es poco evidente, evoluciona hasta formas cada vez más graves, que terminan con la miniaturización total de toda la melena, a excepción de las zonas parietales y auriculares y la de la nuca. La gravedad de la alopecia androgénica normalmente se evalúa a través de escalas creadas a tal próposito. En los hombres, se utiliza la escala de Hamilton-Norwood, que reconoce 7 grados de calvicies, en base a la localización y a la extensión de la enfermedad. Desde el punto de vista práctico, la terapia médica es eficaz hasta el IV grado de la enfermedad: en las formas más graves, la sola terapia médica no es puede dar resultados cosméticamente satisfactorios. En la mujer, se emplean tanto la escala de Savin, como la de Sinclair, que diferencian respectivamente 3 y 5 grados de gravedad de la alopecia.

Tratamiento de la alopecia androgénica

Desde hace años, se sabe que la alopecia androgénica se puede parar y mejorar solo a través de tratamientos médicos seguidos en el tiempo y nunca suspendidos (por ejemplo, los tratamientos de Medicina Regenerativa – PRP Plasma rico en Plaquetas). Además, hay que empezar el tratamiento en las fases iniciales de la enfermedad, porque las formas graves son las que menos responden al tratamiento e incluso porque no debe interrumpirse nunca. La miniaturización folícular que caracteriza la patogénesis de la alopecia androgénica, tiene que bloquearse desde el principio, es decir cuando el folículo aun no está totalmente chicado: solo en este caso, el tratamiento médico puede llevar a un aumento gradual de las dimensiones del folículo y del grosor del cabello.
La terapia médica de Medicina Regenerativa se utiliza para prevenir el avance de la patología e insta a un engrosamiento de los cabellos finos. Hay que evaluar la eficacia de dicho tratamiento después de 6 meses y la terapia debe ser prolongada en el tiempo para que mantenga su efecto.
En el caso en que el paciente no responda a la terapia recetada, es posible asociar más tratamientos médicos y, según el caso, considerar la hipótesis del tratamiento quirúrgico, es decir el trasplante capilar (beneficios del trasplante).